Las secuencias de genes humanos y sus ajustes actuales a las condiciones de patentabilidad

Existe un gran debate en torno a las patentes de genes en los dominios moral, práctico y legal. Se cuestiona si la idea de patentar un elemento de la vida es inmoral: “poseer o tratar el material genético como propiedad es una preocupación”. Aunque algunos argumentan que esto se puede remediar teniendo una comprensión más clara de lo que realmente es una patente.

Más allá de ese debate filosófico está el temor de que permitir las patentes de material genético podría conducir a que los monopolios muestren un comportamiento inmoral (posiblemente incluso poco ético) en la atención médica y otras industrias. En el aspecto legal, las patentes genéticas están actualmente en el banquillo de los tribunales con algunas patentes siendo confirmadas, otras no. Muchos académicos sienten que los requisitos legales de patente de “utilidad”, “no obviedad” y “suficientemente aislado o transformado” no se cumplen adecuadamente y que debería haber un estándar más alto para la aceptación de patentes.

Desde una perspectiva práctica, en general, la investigación parece beneficiarse más de los sistemas de código abierto y el intercambio de ideas, mientras que el desarrollo de productos se beneficia de las patentes. El debate consiste en dónde se encuentra el mejor equilibrio. El gen como tal no debe ser apropiado ni propiedad del hombre. Sin embargo, cualquier descripción suficientemente completa de un gen debería poder protegerse como propiedad intelectual. La protección de la propiedad intelectual e industrial es una preocupación puramente legal. Por el contrario, la utilización de los resultados y, en particular, la comercialización de los productos derivados de la investigación del Genoma Humano, debe ser objeto de consideración y control éticos a nivel internacional si se quieren evitar errores y riesgos imprevistos de conflictos.